A Pacheco el del frío todavía lo andan buscando en Caracas

En el número 447, de febrero de 1932, el semanario humorísticos Fantoches, dirigido por Leoncio Martínez, abrió un concurso entre sus lectores dirigido a despejar la incógnita de quién era “Pacheco”, y por qué los caraqueños asociaban o llamaban al frío de fin de año con tal nombre. Se ofreció al ganador un jugoso premio para la época: 100 bolívares y tres botellas de brandy.

El jugoso primer premio del concurso fue otorgado a Francisco Pimentel, más conocido como “Job Pim”. Sin embargo, ni Job Pim, ni los otros dos ganadores, ni el resto de los concursantes, despejaron la incógnita de quien era Pacheco. Job Pim escribió que había consultado a un espiritista y este le dijo que Pacheco “no había existido nunca”.

Entre las versiones enviadas a la redacción de Fantoches, publicadas en los números siguientes, se contaba de un general andino de apellido Pacheco que era muy temeroso del frío. Este señor cada vez que llegaba la época de bajas temperaturas partía hacia Caracas, y entonces la gente exclamaba: “llegó Pacheco”.

En otro cuento se relata que en Petare había una gran “pachequera”, por la abundancia del apelativo, y que uno de estos Pacheco, un general, hacía temblar a la tropa con un chaparro con el que entraba en combate; este Pacheco no daba frío, pero lo quitaba.

Otra versión ubica a Pacheco como un viejito isleño talabartero que vivía por Catia “poray, por el año 70 (del siglo XIX)”.

A todo el que le preguntaba por su salud, le contestaba con lo mismo: Con frío. ¿Cómo se siente?, con frío. De allí se asoció su nombre con el frío.

Con el tiempo en la prensa nacional se fue difundiendo una leyenda de un Antonio Pacheco floricultor, nacido en Galipán, que todo el año llegaba a Caracas, entrando por la Puerta de Caracas, a vender sus flores. El hombre y que aparecía en La Pastora con sus burros y su cargamento. Su bajada a Caracas coincidía con la llegada del frío y la temporada decembrina.

De allí que cuando en Caracas pega un frío intenso, a partir de noviembre, la gente dice: “llegó Pacheco”. Sin embargo, ni en Galipán, ni en La Pastora, ni en el Camino de los Españoles, se escuchan testimonios, más allá de lo divulgado en los medios de comunicación, de ese tal Pacheco.

Tampoco hay rastros del apellido, ni de descendientes, mucho menos en la tradición oral. En Galipán se ríen de ese cuento caraqueño de un tal Pacheco, floricultor y galipanero. En esas faldas del Waraira Repano nunca ha vivido alguien de apellido Pacheco. Tampoco en el antiguo y famoso Mercado de las Flores, ubicado al comienzo de la avenida Fuerzas Armadas, donde se dice que el hombre llegaba con su cargamento.

En cuanto a la revista “Fantoches, Semanario Humorístico y de Intereses Generales”, está considerada como “una obra maestra del humorismo venezolano”, de acuerdo al portal web “Museo del libro venezolano”.En abril de este 2023 se cumplieron 100 años de la aparición de este semanario, creado por Leoncio Martínez (1888-1941), Leo, y Francisco Pimentel, Job Pim.

Con información de Últimas Noticias

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